¿Adela y Abelina, dos torbellinos en contrario?


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Por Alfredo Guzmán

En política, lo que cuenta son las percepciones que surgen de eventos, declaraciones y acciones.
En la 4 T, la nota de todos los días, es que se atacan entre sí. No hay unidad partidaria.
Los dos primeros párrafos que aparecen en esta entrada, son los mismos que ayer publicaba en otra columna.
Y los dichos de Abelina López Rodríguez, actual edil de Acapulco contra Adela Román Ocampo, a la sazón ex edil de Acapulco, lo confirma.
Ante la falta de acciones, obras o cosa parecida, los gobiernos tienen que inventar firmas de convenios con dependencias que por ley, ya tienen esa obligación, sin necesidad de hacerlo ni público, ni festejarlo. Eso hace el gobierno de Morena en Guerrero y en los municipios más importantes del estado.
Pero cuando el ocio o la carencia de estrategia ocupacional, luego de que no hay recursos para definir siquiera un plan de acción inmediato (PAI) que sustente lo que siempre en campañas se pregona, hay que acusar a la anterior administración de corrupción, para tapar a la propia y lanzar bombas de humo, ante la falta de obras, acciones o cuestiones que resuelvan problemáticas sociales tangibles.
En Acapulco, no hay agua y eso es terriblemente significativo, porque como dice la edil Abelina López Rodríguez, eso provoca que si no hay agua, la calor se sienta más y haya violencia y delincuencia desatada.
Y esa violencia se manifiesta también en el discurso de la presidenta municipal contra su antecesora, sin guardar las formas mínimas ya no de urbanismo, pues se observa que debió ir a la noturna de noche, como decía mi abuelito y pues no sabe de urbanidad.
La acusación de Abelina, se relaciona con la obra llamada Riviera la Sabana, donde se supone que hubo un presupuesto de 200 millones de pesos y la ahora edil, establece que aparece en libros, que la obra ya fue finiquitada desde el año 2020 y desde su perspectiva, sólo tiene un avance del 10 por ciento.
Y por ello, acusa y exige cárcel, cuando aún no se terminan de justificar las acciones ante las instancias correspondientes.
Ante este hecho acusatorio, la ex presidenta municipal Adela Román Ocampo, ya sacó el capote de torera, con eso de que está de moda, hablar de toros, toras y vacas y en un lance de gaonera, se quitó la embestida de un capotazo al aire y acusó a su compañera de sector y de partido, de violencia política de género.
Por este hecho me remití al catálogo de conductas de la Violencia Política contra las mujeres en razón de género reconocidas en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y ninguno de los 22 incisos del Artículo 20ter de la ley en mención, se relaciona con los dichos de la presidenta municipal de Acapulco, pero esperaré a que de ser congruente, la Magistrada Adela Román Ocampo, presente una denuncia y exponga el motivo de la misma.
El fondo del asunto, quizá sea personal, pero eso no me incumbe, lo que me interesa, es saber el motivo de la acusación, puesto que si las autoridades tienen tiempos y protocolos, ellos serán los que determinen si hay corrupción o no.
O sea Abelina, acusa y en su caso, tiene que probar. Y no lo hace
Y sigue lanzando bombas de humo, para no aclarar lo de un préstamo que nunca se solicitó autorización al Congreso de Guerrero por 200 millones de pesos, que luego se dijo que sólo son 50, para comprar, ahora se sabe que no hay tal compra y sí alquiler de camiones recolectores de basura, pero donde no se sabe por qué no se licitó, no hubo concurso para hacer tal acción y se desconoce el contrato y los términos del mismo.
En fin, no son cosas de mujeres, son cosas públicas que deben ser conocidas y aclaradas ante las instancias por parte de ambas funcionarias. Una, actual edil y la ahora Magistrada y ex presidenta de Acapulco.
Simple, pero concreto, nadie quiere chismes. Queremos acusaciones formales o mejor pónganse a trabajar que no lo hacen. Una no trabaja como edil y la otra no aclara aún lo de Riviera Sabana, entre otras cosas. Aunque está en tiempo y forma.