Gobernabilidad y desarrollo, el legado de Héctor Astudillo


116
116 points

Por Polítik.O

Encabezar al Estado, al poder Ejecutivo, se escribe fácil, pero nada sencillo es gobernar y mucho menos a una entidad como lo es Guerrero.
Bronco, brioso, de sangre caliente y de mecha corta, así se define comúnmente al oriundo de esta tierra: Al suriano, como llamaron al nacido en este territorio durante la etapa independentista.
Justo así recibió Héctor Astudillo Flores la administración de Guerrero, convulsionado por los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala. Con oficinas gubernamentales incendiadas, con plantones de grupos “sociales” que demandaban plazas de maestros, transportistas que exigían concesiones; que lo mismo incendiaban el inmueble de un Ayuntamiento o se llevaban el mobiliario… Insubordinación total.
Si a esto le sumamos que los últimos momentos de la administración estatal se caracterizaron por la disolvencia del estado de derecho, la tolerancia a cualquiera acto vandálico y hasta el grosero impulso a la candidata de su partido por parte del gobernador en turno, pues los ingredientes estaban ahí, para que continuara la agitación.
Pero fue el amplio bagaje de Astudillo Flores en el quehacer público y político lo que le permitió encaminar los esfuerzos hacia la reconciliación y pacificación de los guerrerenses, la gobernabilidad, así como la reactivación económica que llevan a esta demarcación con rumbo y supo cómo involucrar a todas y todos. Eso está inscrito en su lema de gobierno: “Guerrero nos necesita a todos”.
En un ejercicio de memoria, luego de los hechos de violencia en septiembre del 2014, en la ciudad de Iguala, el estado y la región Centro de la entidad, principalmente, se vieron convulsionadas por una sociedad que se movilizó incitada por lo acontecido que costó la vida de 9 personas y la desaparición de 43 normalistas, y por quienes vieron su oportunidad para sacar provecho.
El Poder Ejecutivo estaba disperso; el Judicial fue secuestrado por un grupo de trabajadores, apoyados por maestros cetegistas y supuestas organizaciones sociales afines a la desestabilización: Incluso algunos de ellos armados con pistolas y objetos punzocortantes, que encerró a las y los magistrados en las instalaciones de una incipiente Ciudad Judicial, con la amenaza de no dejarlos salir si no les cumplían sus exigencias.
Desde el Centro del país, se rumoraba sobre una desaparición de poderes debido al nivel de convulsión que había en Guerrero; pero esto no se concretó porque la gobernabilidad se mantenía a través del Congreso del Estado… Ahí surgió la figura de un líder, su nombre: Héctor Astudillo Flores.
El hoy gobernador, sin ser el coordinador de la bancada del Partido Revolucionario Institucional pero con el respaldo de Héctor Apreza Patrón, quien ostentaba ese encargo, llamó y encaminó a sus correligionarios y a los demás representantes populares a la sensibilidad con el movimiento estudiantil y a ver al hecho de los normalistas desaparecidos, más allá de caer en la estridencia de los daños, muchos y cuantiosos, que sufrió el recinto legislativo a causa de las protestas.
Su sensibilidad, la experiencia adquirida y la sensación en los guerrerenses que se habían equivocado al no brindarle la confianza en la elección del 2005, hicieron que ganara los comicios de 2015 de manera clara… Desde entonces enfocó sus objetivos en hacer de Guerrero un mejor lugar en lo político, en lo social, en lo económico y administrativo.
Al recibir la administración estatal, encontró un quebranto considerable en cuanto al dinero público, por lo que instrumentó una política de austeridad: lo que hoy es una “moda” en otros niveles, Astudillo Flores la aplicó a sí mismo y a sus colaboradores, porque primero estaba resolver la carga de pasivos que arrastraba el Gobierno del Estado, antes que pensar en algún gasto.
Obviamente fue muy claro y preciso: Se harían los ajustes necesarios salvaguardando los derechos de la clase trabajadora. No habría descuentos para ellos ni despidos. Eso sí, hizo eficiente lo que correspondía y así fue como transitó de los números negativos hasta llegar a ser, incluso, un modelo para la reducción de deudas.
Como una ambición personal, tomó las riendas de la seguridad: Cabildeó en la Federación para tener mayores recursos, mejor vigilancia en la zona de playa de los destinos turísticos que generan ingresos y refrescan los números de la economía local, y eso redundó en playas y hospederías abarrotadas.
Hasta antes de la pandemia por Covid-19, los destinos de playa de la entidad rompieron incluso sus propias marcas en cuanto al número de visitantes durante periodos vacacionales y por ende, también las cifras en cuanto a derrama económica se refirió, lo que generó que el poder adquisitivo de los habitantes de esos puntos aumentara considerablemente, lo que al final conlleva movimiento en la actividad económica local.
Como ejemplo: El prestador de servicios de mayor proximidad con los visitantes, entiéndase hotelero, mesero o taxista, percibe mayores ingresos por su actividad y eso genera que pueda gastar en la adquisición de bienes de consumo; pagar compromisos como electricidad, suministro de agua, entre otras y este “aleteo” o flujo del dinero lo lleva de mano en mano, y a la vez se logra la satisfacción de necesidades personales y familiares.
Sólo el trabajo de promoción bien planeado rinde frutos, porque no se olvida ese tema “Acapulco”, del año 2017, interpretado por “Los 5”, utilizado para difundir sitios emblemáticos del puerto. Quien la escucha fuera de estas tierras y quien lo haga en un futuro sin duda recordará al puerto… y también a Héctor Astudillo, como gran impulsor de la actividad turística.
Pero no todo es el puerto más importante del Pacífico mexicano: También están los destinos de playa de la Costa Chica, como lo son Playa Ventura _paraíso casi virgen donde aún es posible marearse de noche con mirar a las estrellas_ y qué decir del binomio Ixtapa-Zihuatanejo, donde se conjugan lo tradicional y la modernidad de manera señorial.
Pero para que haya desarrollo, se debe invertir en diversos rubros. Uno de ellos y muy significativo durante lo que lleva de gestión Astudillo Flores está en la infraestructura, tanto carretera como educativa y hospitalaria, además de la derrama económica y los empleos directos e indirectos que estas acciones generan.
Rehabilitó, pavimentó, construyó caminos y carreteras en todas las regiones del estado. Por ejemplo, en Chilpancingo, cristalizó el principal anhelo de los habitantes de las colonias ubicadas más al norte de la capital, al edificar un paso elevado en el boulevard Vicente Guerrero, rumbo a Tierras Prietas, lo que evitó un sinfín de accidentes que se suscitaban en lo que fue el crucero de las colonias Tatagildo y Capellanía.
Invirtió recursos, como nunca antes, en la región Norte del estado, para el mismo fin.
En materia de educación, destinó recursos para la ejecución de obras en todos los niveles, incluidos planteles educativos de la Universidad.
Al término de su mandato como gobernador, dejará diferente y fortalecida a la infraestructura educativa
No se puede olvidar, que un momento trascendental en la vida de los guerrerenses fue cuando se registró el primer caso de Covid-19. La inmediata reacción del gobernador impidió una incontenible propagación. A diferencia de otros niveles de gobierno, hizo un llamado a la clase empresarial a cerrar filas, para que instrumentaran acciones conjuntas tendientes a cuidar el empleo pero, principalmente, también la salud.
La puesta en marcha del servicio COVITEL, así como las conferencias en las que externó puntualmente las actualizaciones de cómo nos encontramos en la cuestión de contagios y lamentables decesos; sus constantes llamados a mantener la sana distancia y la orientación para implementar las medidas de protección requeridas son puntos importantes a destacar.
Convenció a los hoteleros, prestadores de servicios y población en general a mantener la sana distancia, que las hospederías y en lugares públicos redujeran su aforo, multiplicando todo tipo de medidas que llevaran a reducir los contagios.
Y la entidad está, a pesar de las idas y venidas del turismo durante los puentes vacacionales, donde la mayoría proviene de la Ciudad de México, que en su momento fue el epicentro de los contagios a causa de la enfermedad, a punto de pasar al semáforo verde.
En el tenor del rescate de espacios públicos, maravilló a propios y visitantes con desarrollos como los Paseos del Pescador, en Acapulco y Zihuatanejo, además de impulsar en Bahías de Papanoa la primera playa incluyente, para personas con discapacidad que, antes, no tenían acceso al mar o les era complicado ingresar a la zona de bañistas.
Ésta fue una mirada a casi seis años de gobierno de Héctor Astudillo Flores y por ello dejará, a quien lo suceda, un legado difícil de igualar o superar.