¿Por qué renunció el ministro Medina Mora?


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Eduardo Medina Mora, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
presentó su renuncia al cargo para el cual todavía le quedaban 11 años más del
periodo de 15 años para el que fue electo por el Senado en 2015. El escrito de renuncia
del ministro, de acuerdo al artículo 99 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, tendrá que ser aceptado por el Presidente de la República y luego enviado
al Senado para su aprobación.

La carta de renuncia de Medina Mora, que fue presentada al ministro presidente Arturo
Zaldívar, representa un hecho inédito en la etapa contemporánea de la Suprema Corte
y, aunque no aduce razones especícas para explicar su decisión, han transcendido
dos razones de fondo en esta renuncia: a) un tema médico familiar, luego de la muerte
de su esposa hace unos meses; y b) Otra son las investigaciones que autoridades
nacionales y extranjeras han hecho en cuanto a sus recursos nancieros y a
transferencias millonarias realizadas en bancos de varios países, de los cuales en esta
columna le dimos cuenta el 5 de junio pasado.

Sobre las investigaciones en su contra por presuntos actos de corrupción, a pesar de
su supuesta buena relación con las autoridades británicas y estadounidenses, luego de
que el ministro fuera embajador de México en ambos países, fuentes de la Fiscalía
General de la República y de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda
conrman que los dos gobiernos han seguido enviando información nanciera sobre
las cuentas del funcionario judicial a las autoridades mexicanas.

Las fuentes consultadas, que pidieron el anonimato, aseguran que la estrecha relación
para combatir la corrupción que existe entre la FGR, la UIF y el Consejo de la Judicatura
Federal y los órganos de inteligencia extranjera, ha permitido documentar y fortalecer
el expediente judicial sobre los manejos nancieros del ministro. Pero tampoco ayudó
mucho a Medina Mora haber operado a favor de su amigo y socio el publicista y elección presidencial de 2018, se le ubica como el operador de las “campañas negras”
enderezadas en contra del actual presidente Andrés Manuel López Obrador.

Una vez que la UIF congeló las cuentas de Alejandro Quintero, el aún ministro operó
ante jueces federales para que ordenaran el desbloqueo de algunas de las cuentas de
su amigo. También ayudan con ese tema a Quintero el ex director del Cisen en
el pasado, Alberto Bazbaz, y el ex consejero electoral del IFE, Arturo Sánchez Gutiérrez.
Para desbloquear sus cuentas, de las que había incluso pedimentos del FBI y de la
DEA, el equipo de Quintero-Medina exhibieron en el juzgado los nombres de los
agentes encubiertos norteamericanos involucrados en la investigación, algo que nunca
les perdonaron en las respectivas agencias de los Estados Unidos.
Por eso fue que empezó a llegar a México y al gobierno federal la información de las
cuentas bancarias de EU y la Gran Bretaña, de las que el funcionario judicial nunca
pudo dar explicaciones claras ni convincentes.

El problema es que a las autoridades nancieras también les llegó información de las
empresas que le transferían recursos a sus cuentas, ubicadas en paraísos scales de
Centroamérica. Y la suma de los montos de esas transferencias de esas empresas,
nunca cuadraron con los recursos reportados en sus declaraciones patrimoniales.

El ministro también dejó de ser cuidadoso en sus operaciones desde la Corte y la
presunción de varios “negocios” no sólo detonaron investigaciones internas, sino que
lo confrontaron y enemistaron con otros ministros. Un ejemplo de esto fue haber
subido un engrose de la Segunda Sala de la SCJN para descongelar cuentas bancarias,
antes de que fuera rmado y saltándose varias tesis previas en el Seminario Judicial.
Esta publicación irregular, que hizo el 31 de mayo, permitió que en el par de días que
estuvo vigente la disposición, su cercano amigo, el abogado Juan Collado, pudiera
casualmente mover 10 millones de euros de sus cuentas. Un mes después de aquella
operación que le facilitara el ministro Medina Mora, Collado sería arrestado por la
Fiscalía General de la República y encarcelado por acusaciones de lavado de dinero en
la Caja Libertad.

Así fue como la polémica historia del exdirector del Cisen, exsecretario de Seguridad
Pública y exprocurador General de la República, quedó expuesta junto con sus cuentas,
empresas y transferencias nancieras catalogadas como “sospechosas” por otros
gobiernos. El ministro prerió hacer negocios que procurar justicia, lo que en otras
circunstancias hubiera sido muy loable, pero no desde la posición que ocupaba en el
Tribunal más alto del país. Su situación se volvió insostenible, cuando los órganos de
inteligencia extranjeros sus antiguos aliados decidieron enviar información al Por todo ello, y para evitar un desgaste familiar, un desgaste a la Corte e incluso
arriesgarse a ir a prisión, es que el ministro Medina Mora habría preferido dejar su
cargo 10 años antes de terminar su periodo; aunque también la parte médica sea en
parte cierta, porque según cercanos al funcionario, sus visitas al médico se volvieron
recurrentes en los últimos meses, debido al estrés que padece.
Al nal, parece que también el error de haber acudido como invitado a la boda de la hija
del abogado Juan Collado fue la gota que derramó el vaso para Medina Mora y para
muchos otros de los invitados a aquel polémico evento. Sobre todo porque justo en
esta etapa el Consejo de la Judicatura Federal ha iniciado una limpia de jueces y
magistrados para acabar con el “pase automático” que permitía ejercer el cargo de
manera vitalicia, sin mérito y sin aprobación alguna de manera indenida.
Todavía la semana pasada el ministro Eduardo Medina Mora festejaba el haber
aprobado un criterio en la Corte, que le daba de manera permanente fuero a los jueces
de Jalisco. Quizá creyó que con ese precedente, él también tendría fuero de por vida.
Pero hoy que deja la Corte, está claro que festejó antes de tiempo.

Fuente: El Universal