La Cámara alta se pronunció contra el lenguaje violento, discriminatorio y sexista, proferido por cualquier servidor público.
El Senado de la República exhortó a José Manuel Mireles Valverde, subdelegado en Michoacán del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), a que presente su renuncia a ese cargo, tras sus expresiones machistas, misóginas y violentas, en contra de las mujeres en días pasados.
El Senado también pidió al director general del ISSSTE, Luis Antonio Ramírez, a que realice las acciones pertinentes y legales para garantizar el aprecio a la dignidad y los derechos humanos de todas y todos los derechohabientes y ciudadanos que acudan al Instituto.
En ese sentido, la Cámara alta se pronunció contra el lenguaje violento, discriminatorio y sexista, proferido por cualquier servidor público.
Dicho pronunciamiento surgió después de diversos posicionamientos de senadores de todas las bancadas contra las expresiones de José Manuel Mireles, quien llamó “pirujas” a las concubinas de derechohabientes, así como “nalguitas”.
Ante ello, la presidenta de la Mesa Directiva del Senado, Mónica Fernández, solicitó a cuatro senadores realizar ese pronunciamiento, el cual se presentó poco antes de que concluyera la sesión.
De esa manera, se expone en el escrito, la Cámara de Senadores se pronuncia en contra de toda utilización de lenguaje discriminatorio, sexista y violento proferido en contra de la mujer, tanto de Mireles Valverde, como por cualquier otro servidor público.
Señala que ese tipo de expresiones lesionan gravemente el respeto a los derechos humanos e impide y anula el reconocimiento y ejercicio de los derechos de la mujer, en especial a vivir en un entorno libre de violencia.
Por otra parte, el pleno del Senado también aprobó el acuerdo de la propuesta de la Junta de Coordinación Política de celebrar sesión solemne el 10 de octubre próximo para recibir una representación de atletas mexicanos que participaron en los pasados XVIII Juegos Panamericanos y VI Parapanamericanos, en Lima, Perú.
Fuente: Forbes
