__“Acapulco, paraíso de ensueños y de realidades, donde sus visitantes gozan de sus hermosas playas y la brisa los acaricia como perfumes inigualables”.
“El Brody”, divo de Caleta y Caletilla
Por Polítik.O
Ricardo Taja, el nombre que necesitan saber los acapulqueños para que la “perla del Pacífico” recupere el esplendor que le caracterizó. Para que se reactive la economía, se recuperen empleos y mantengan los niveles de derrama económica generada por el turismo y el envión que acompaña a esta actividad.
Pero para que esa línea de trabajo se mantenga en sentido ascendente, es necesario que los porteños valoren la importancia de su voto y reflexionen a quién elegir este seis de junio.
Acapulco ha sido por más de medio siglo el referente de México internacionalmente hablando: las tibias aguas de sus playas, su clima, la brisa y la calidez de los prestadores de servicios, con coloquiales frases como “brody”, “primo”, “zanca”, entre muchas otras, lo hacen un lugar inigualable
Las décadas de los años 70s, 80s y 90s fueron las de mayor esplendor para este paraíso, y para quien se dedicara al servicio en la “industria sin chimeneas”, por obligación debía medianamente dominar el idioma inglés para poder comunicarse con el turismo internacional que abarrotaba las playas y las hospederías. El porteño no dependía de remesas de familiares para tener dólares en la cartera: Él los recibía como propinas, muchas veces muy jugosas, por parte de norteamericanos que hicieron de este paraíso su refugio cuando allende la frontera norte azotaba el frío… Pero ya esos tiempos son recuerdos lejanos.
La realidad del Acapulco de hoy es lamentable: los servicios públicos municipales son ineficientes. No hay recolección de basura, no se diga del agua corriente que escasea en las colonias populares; la alcaldesa Adela Román Ocampo está ausente de sus deberes y sólo hace acto de presencia para apoyar a los candidatos de su partido, aunque en realidad su pésimo desempeño en el Ayuntamiento les resulta perjudicial.
También es cierto que esta pandemia afectó desde el mesero, taxista, hotelero y toda persona dedicada a la actividad turística; se cerraron fuentes de trabajo, la economía local dejó de recibir a visitantes y los consumidores locales dejaron de adquirir porque no había dinero y ni lugares en dónde consumir.
Recordemos que con el gobierno que encabeza Adela Román, internacionalmente se difundieron imágenes donde hospederías descargaban sus aguas residuales a la bahía y los mejores trabajos de saneamiento fueron, precisamente, cuando las playas fueron cerradas por la pandemia.
Y ahora imaginemos a Abelina López Rodríguez, la diputada con licencia y candidata del Morena por la alcaldía del puerto; sí, López Rodríguez que en la tribuna de San Lázaro se exhibió como corrupta, al “denunciar” que tuvo que pagar 20 mil pesos a un juez para que le abreviara al juicio. ¡No nos permitamos ese error!
La buena noticia para los lugareños es que en la boleta electoral aparecerá el nombre de Ricardo Taja, abanderado de la coalición PRI-PRD, quien tiene gran empatía con la ciudadanía; su liderazgo y afinidad con el sector empresarial, sensibilidad con el sector magisterial; el gran entendimiento que tendrá con la base laboral del ayuntamiento.
Taja es el único con la capacidad de maniobra para transformar y evolucionar a Acapulco en poco tiempo, porque no hay tiempo para improvisar en el ejercicio de gobierno.
Será él, el que “no se raja” quien le devuelva el brillo a este destino de playa; quien puede hacer que regresen eventos internacionales como el Festival Acapulco, el evento del verano que llenó las playas, hoteles y antros de turistas y refrescaba la economía local.
Él tiene la sensibilidad para apoyar al prestador de servicios; al pequeño, mediano y gran empresario… al pescador que arregla muy de madrugada sus implementos de pesca. A la señora que hace el aseo y lava ropa ajena. Es Taja, la solución para Acapulco. No perdamos tiempo.
